cocinando cocinando triunfé patinando

Esta semana ha sido un tanto extraña, pero con su punto de diversión.
El lunes llegó mi nueva compañera de piso. Se llama Manuela y es de Alemania. Está aquí para hacer Erasmus hasta junio. Vino con una amiga suya, Sylvia, que se está quedando unos días en nuestra casa mientras busca habitación, que la encontramos ayer por cierto.
Buscar habitación es un caos. Te pasas el día llamando a números de teléfono y visitando "conejeras". Hemos visto de todo. Un piso en el que no había salón porque así eran mas habitaciones, osea, 4 personas en una casa que nos pedían 220 mas gastos y estaba en el quinto infierno. Un duplex en los pericones que parecía una nevera. Un piso viejo viejo viejo en zarracina a compartir con 4 personas y la casa estaba llena de peluches y juguetes de la hija de la casera, la cual podía aparecer por el piso cuando le daba la gana, y la habitación rosa, con cenefas de niña de 3 años... increible e incomparable. Y al final encontramos uno en la arena luminoso y grande a compartir con una chica y un chico bastante majetes. Es increible como están los alquileres ultimamente en Gijón.

Ayer Sylvia para agradecer que la acogieramos estos días hizo la cena: risotto. Mmm. Ella es vegetaria y la verdad, es que fue el mejor risotto que comi en mi vida. Mi amiga Lluvi que estaba de visita como todos los miercoles se quedó a cenar y practicó su inglés con nosotras.
Hoy a las 9 de la noche Sylvia se intalará en su nuevo pisito.
Como ayer cocinó ella esta noche les prometí hacer una cena de carnaval asturiano. Haré frixuelos, revuelto, tortilla... un buen picoteo.

Ahora en casa hemos tenido que poner idioma oficial jajaja. El oficial será el castellano porque ellas dos, la inglesa y la alemana, necesitan aprenderlo bien. Y cuando haya problemas de entendimiento hablaremos en inglés que es el idioma que tenemos las tres en común.

Promete anécdotas esta temporada. Hasta finales de junio tres nacionalidades y una gata bajo el mismo techo.