lunes, 23 de marzo de 2009

aNiMaCiÓn EPISODIO 2: La Pineda

Conocí a mi jefe del Stival en una discoteca de Salou: el Snoepy's. Mi jefe me llamó para decirme que a que hora me vendría bien que me recogieran para llevarme al hotel. Yo estaba de copas porque era el último día que estabamos todos los del cursillo y nos fuimos de fiesta para despedirnos. Le conté a mi jefe donde estaba y me dijo que se venía a tomar algo con dos animadores y que luego cogiera la maleta para irme con ellos. No me apetecía nada, quería tener la fiesta con mis compis.

La primera impresión que tube de Emil fue buena. Era extranjero pero no recuerdo de donde, sé que era de un país cercano a rusia. Con él vinieron Albert y Martin, uno catalán y el otro inglés. Tomamos unas copas, recogí mi maleta, lloré al despedirme de Mónica y me fui a mi nueva casa.
¿Casa? ¡Casísima! Era un piso de 4 habitaciones en una urbanización con piscina privada y una terraza y salón enormes. Yo tenía habitación propia y daba a una mini terraza que nadie quería utilizar que se transformó en mi cenicero nocturno particular.

Conocí a Martina, una chica del mismo país que Emil que tenía un castellano perfecto. Ella era la coreográfa de animación y daba también las clases de aerobic. Albert se dedicaba a los niños y Martin a deportes. A mi me correspondía una mezcla de los tres.

El hotel Stival Park era (y es) enorme. Tanto que son tres hoteles unidos por un paseo precioso y una centena de chalecitos-bungalows adosados.

Por el día practicábamos coreográfias de cara al verano, arbitraba partidos de squash (es mas, descubrí que era el squash porque hasta entonces creía que era un deporte acuático y resulta que era de raqueta), hacía minidiscos los viernes y sábados por la tarde, organizaba competiciones de billar, de killer-pool, de tiro, de dardos... Hacíamos concursos de sudoku y bingos cantados en 6 idiomas (español, inglés, francés, catalán, alemán y ruso), cosa que me resultaba increíblemente aburrida por lo monótomo de hablar y hablar para acabar regalando una camiseta al guiri con mas suerte. Me hacía gracia como la gente cuando está de vacaciones se apunta a todo. Una alemana puede estar totalmente relajada tomando el sol frente a la piscina y nada mas escuchar la música se levanta y se pone a hacer aerobic como una loca. Y luego vuelven a su país y no visitan un gimnasio ni aunque le pongas la pistola en la cabeza.

Hay que decir que este hotel tenía una peculiaridad: la pulsera del todo incluido. Sí, como los hoteles de punta cana. Los guiris se pasaban desde las 11 de la mañana hasta las 11 de la noche bebiendo cerveza. A las 11 se acababa la barra libre y se abría la discoteca del hotel, de la cual los dj's éramos nosotros. No teníamos por qué ir a la disco pero casi siempre íbamos porque teníamos derecho a dos copas cada uno cada día si íbamos con la camiseta de animadores puesta. Me lo pasaba en grande bailando con los turista (quien dice bailando dice haciendo el cafre) y practicando idiomas. Después de la discoteca que cerraba a la una por semana nos íbamos a un bar que estaba muy cerca del hotel que ponían unos chupitos llamados After-shock que tenías que dejarlo en la boca treinta segundos antes de beberlo. A mi me sabía a oraldine y pegaba bastante. Nunca mas volví a ver esa bebida hasta que estube en Londres en navidad, lugar en el cual era muy popular.

En ese hotel hicimos shows de sudoku, noches de casino, un remix de baile de coreografías de otros años sencillitas y preparamos los musicales de Mamma Mia, We will rock you y uno de música de los 50.
En mi poco tiempo libre me gustaba irme a Salou a ver a Mónica, tomar el sol en la piscina de la casa e ir a la playa de la Pineda.

Mi favorito era Albert, sin duda. Además es a día de hoy que me sigo tratando con el por internet y ganas de volver a verle no me faltan. Era un chico de Tarragona super simpático y siempre con algo que enseñarte. Llevaba la profesión en la sangre y se le notaba, sobre todo si le veías jugar con los críos.

Al cabo de un mes los de Acttiv y mi jefe me trasladaron al camping Torre de la Mora... cosas de las Etts... la cual ha sido la mejor experiencia de mi vida, pero eso lo dejo para otro día...

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